Agujetas, golpes varios, ojos hinchados... son los signos evidentes de mi paso por....
La sierra de Béjar
La sierra de Béjar
El domingo fue el día elegido, a eso de las 8 de la mañana (existen las 8 de la mañana!) salí con Vane rumbo a la montaña del infierno (luego explicaré por qué).
El viaje fue tranquilo, con algo de niebla pero bien, disfrutando del paisaje y de la compañía. Una horita o así de coche y sobre las 10-11 ya estábamos con los eskis puestos, y derribando personas a lo kamikaze.
Todas las explicaciones que me dio Vane, se fueron a pique en el momento que me calzé los eskis. El resultado: unas 3 horas de caídas, derrapes con caída, y caídas de nuevo cuño.
Parada para comer una tortilla EXQUISITA con cebolla invisible, y vuelta a la montaña del infierno... del infierno porque hacia un calor de justicia, el Lorenzo estaba generoso, y algún flipadini aprovechaba para lucir manga corta.
Total, a esas horas yo ya había perdido toda esperanza de mantener la verticalidad mientras descendía intentando hacer la cuña con los eskis, pero la segunda de abordo: Noe, me acabó de dar las indicaciones que necesitaba... y acabe bajando las 3 ultimas veces sin pegarme un leñazo de vídeos de primera! Vamos, que si yo lo he conseguido (con nulo sentido del equilibrio) , eskiar no debe ser tan difícil.
Espero repetir en breve! :)
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